Se podría escribir una historia de la literatura –ahí dejo
la idea– con la historia de los Don Juan:
desde el de Tirso de Molina –o Andrés
de Claramonte, según otros– o el de Molière
hasta el de Byron o el de Torrente Ballester; hay algunos que constituyen
hitos ineludibles para cualquier estudioso, como el de Mozart o, al menos por
lo que a la literatura española se refiere, el de Zorrilla; otros son casi
desconocidos: de uno de estos últimos, el de Vincenzo Righini, es del que me
voy a ocupar hoy.
Vincenzo Righini. Grabado de Friedrich Wilhelm Bollinger, | 1803 |
Vincenzo Maria Righini fue un compositor nacido en Bolonia
en 1756 –el mismo año que Mozart– y fallecido en 1812. Su nombre tal vez suene
al aficionado a la música clásica como autor del tema de las Veinticuatro variaciones para clave o piano en
re mayor sobre la arietta de Vincenzo Righini “Vieni amore”, WoO 65, de
Beethoven. Su ópera Il
convitato di pietra o sia Il dissoluto, sobre un libreto de Nunziato Porta, fue estrenada en el Teatro Regio
de Praga en 1776 o en el Kärntnertortheater de Viena el 21 de agosto de 1777, según las
fuentes; no fue recuperada escénica y discográficamente hasta finales del siglo
XX y principios del XXI[1].
El argumento se ciñe a los cánones sobre los que se establece el mito
literario de don Juan: una primera sección, que prácticamente coincide con el
acto primero, en la que se desarrolla el tema del libertino (il dissoluto del título); el tema del
convidado de piedra es el objeto de los actos segundo y tercero, que presenta
alguna novedad de la que daré cuenta más adelante.
El acto primero comienza con una escena que ya se halla en Tirso[2] y
en Molière[3]: el
rescate de don Juan, tras haber naufragado en el mar, por unos pescadores,
entre la que se halla Elisa, a la que seduce. El esquema por el que los
dramaturgos presentan que el objeto de seducción de don Juan es independiente
del estamento o de la clase social al que pertenece la seducida es uno de los elementos
que menos varía de una versión a otra: para ilustrar este aspecto he construido
la tabla que figura a continuación, en la que se recogen los principales
personajes de los don Juan anteriores o contemporáneos al de Righini y en la
que puede comprobarse la coincidencia no solo de los personajes, sino incluso
la de sus nombres, con la única notable excepción del criado de don Juan, que
no se llama igual en ninguna de las obras.
Tirso (c.1630)
|
Molière (1665)
|
Zamora[4]
(1713)
|
Goldoni[5]
(1736)
|
Righini – Porta
(1777)
|
Mozart – Da Ponte (1787)
|
Don
Juan y su criado
|
|||||
Don Juan Tenorio
|
Dom Juan
|
Don Juan Tenorio
|
Don Giovanni Tenorio
|
Don Giovanni Tenorio
|
Don Giovanni
|
Catalinón
|
Sgaranelle
|
Camacho
|
Arlechino
|
Leporello
|
|
El
comendador
|
|||||
Don Gonzalo de Ulloa
|
La statue du Commandeur
|
Don Gonzalo de Ulloa
|
Il commendatore di
Loyola
|
Il Commendatore
|
Il Commendatore
|
Los
reyes
|
|||||
El rey de Castilla
|
El rey don Alfonso el IX
|
Don Alfonso (primer
ministro del rey de Castilla)
|
Don Alfonso
|
||
El rey de Nápoles
|
|||||
Los
nobles
|
|||||
Don Juan Tenorio, el Viejo
|
Dom Louis
|
Don Diego Tenorio
|
|||
El duque Octavio
|
Il duca Ottavio
|
Don Ottavio
|
|||
Doña Ana
|
Doña Ana de Ulloa
|
Donna Anna
|
Donna Anna
|
Donna Anna
|
|
El marqués de La Mota
|
|||||
Filiberto Carrafa
|
|||||
Don Luis de Fresneda
|
|||||
Isabela
|
Donna Isabella
|
Donna Isabella
|
|||
Elvire
|
Donna Elvira
|
||||
Don Carlos
|
|||||
Don Alonso
|
|||||
Los
plebeyos
|
|||||
Tisbea
|
Charlotte, Mathurine
|
Julia, Lesbia
|
Elisa
|
Elisa, Lisetta,
Corallina
|
Zerlina
|
Batricio
|
Pierrot
|
Carino
|
Ombrino, Tiburzio
|
Masetto
|
Como se puede apreciar, solo hay dos personajes que aparecen
en todos los títulos: el libertino, don Juan, y el convidado de piedra, el
comendador; el resto son, aparentemente, prescindibles: en Goldoni no hay
criado; la hija del comendador, violada por don Juan, se llama Ana en cinco de
las seis piezas[6],
pero en la de Molière pasa a llamarse
Elvira, nombre que solo retomará Mozart para un personaje con una función
dramática distinta a la de la Elvira original; no siempre aparecen ni el rey de
Castilla ni el padre del libertino; no obstante, y bajo distintos nombres
–Tisbea, Charlotte, Elisa, Zerlina…– sí que resulta obligada la presencia de la
joven de extracción plebeya a quien seducir.
Dramáticamente hablando, lo más original de la obra de
Righini se halla en el acto tercero, un acto muy breve –cinco escenas, frente a
las doce de cada uno de los dos actos anteriores–[7] en
la que figura una escena, la última, que no me consta que se halle en ninguna
versión anterior: don Juan en los infiernos. Me explico: los Don Juan de los siglos XVII y XVIII
concluyen con la llegada de una legión de demonios que arrastran a don Juan al
infierno; tras este momento se cierra el telón –por ejemplo, en Molière– o hay un breve epílogo de
carácter moral en el que los personajes reflexionan sobre el destino eterno de
don Juan –por ejemplo, en Mozart[8]–.
En Righini, no: el comendador y sus demonios arrastran a don Juan a los
infiernos en la escena primera del acto tercero; después, tres escenas con
contenido narrativo –para atar cabos argumentales sueltos– y líricas –con algún
aria de bravura como “Geme la
tortorella”, en la escena tercera: no olvidemos de que estamos en la ópera
y quienes han pagado su localidad tienen derecho a su dosis de atletismo vocal–;
finalmente, en la Scena ultima, que
lleva como acotación Infernale. Don
Giovanni solo, don Juan se enfrenta entre gritos al coro de furias que le
anuncian lo que le espera por toda la eternidad. Opino sinceramente que cuando
el autor incluyó esta sección pensaba más en términos musicales que dramáticos:
la condenación de don Juan estaba ya clara desde la escena primera del acto
tercero, pero concluir una ópera con un coro sonoro y rotundo asegura el
aplauso del auditorio, que es lo que se pretende en tales eventos.[9]
[1]
Hasta donde yo he podido saber, se reestrenó en
Praga en 1997 y en Brno en 2003. El registro de que dispongo es un doble CD
grabado en directo en septiembre de 2003 y editado en 2005 por el sello
Bongiovanni con Bartolo Musil, Augusto Valença, Francesca Lanza, Sang Man Lee,
Maurizio Leoni, Yoon-Jin Song, Veronica Soldera, Mauro Corna, So-Young Shin y
Gonnie van Heughten como solistas y la Internationale Belcanto Orchestra bajo
la dirección de Fabio Maestri.
[2]
Del Don Juan de Tirso poseo dos ediciones,
ambas en editorial Cátedra: Molina, maestro
Tirso de [seud. de fray Gabriel Téllez]:
El burlador de Sevilla y convidado de
piedra. Décima edición.- Edición de Joaquín Casalduero
[Martí].- Cátedra (Letras Hispánicas n.º 58), [Madrid] 10[1986].-
133 págs., 2 ilustr. en negro (18 x 11); y la posterior Molina, Tirso de [seud. de fray
Gabriel Téllez], atribuida a: El
burlador de Sevilla. Séptima edición.- Edición de Alfredo Rodríguez López-Vázquez.- Cátedra
(Letras Hispánicas n.º 58), [Madrid] 7[1995].- 309 págs. (18 x 11).
En esta última se reproducen las tesis sobre la autoría de Andrés de Claramonte
que el editor ya había presentado en Claramonte,
Andrés de: El burlador de Sevilla
atribuído tradicionalmente a Tirso de Molina.- Ed. crítica de Alfredo Rodríguez López-Vázquez.- [Préface de
Charles Aubrun].- Edition
Reichenberger (Teatro del Siglo de Oro. Ediciones críticas n.º 12), Kassel 1987.-
XII + 282 págs., ilustr. en negro (24 x 16,5).
[3]
La edición de Molière que suelo consultar es Molière [seud. de Jean-Baptiste Poquelin]: Dom Juan ou Le Festin de Pierre. Comédie.
1665.- Préface de Jean - Jacques Gautier.-
Commentaires et notes de Jacques Morel.-
Le Livre de Poche (no 6130), [Paris 1991].- 158 pages, 4 illustr.
(16,5 x 11).
[4]
Zamora,
Antonio de: No hay deuda que no se pague y convidado de
piedra.- Edición y estudio: Ignacio Arellano
[Ayuso].- Sociedad Estatal España Nuevo Milenio (Mitos universales de la
literatura española. Bibliografía complementaria), Madrid 2001.- 227 págs.
(23,5 x 17).
[5] Goldoni, Carlo: El retorno del veraneo de ---.- Don Juan
Tenorio de --- [Il ritorno della villeggiattura.- Don Giovanni Tenorio o sia Il
disoluto].- Trad. de Luigia Perotto (El
retorno del veraneo) y versión de Jorge Urrutia y Leopoldo de Luis (Don Juan Tenorio).- Artículos de Franco Fido, Giorgio Strehler, Víctor Pagán
y Jorge Urrutia.- [Asociación de
Directores de Escena de España] (serie Literatura Dramática n.º 28), [Madrid
1993].- 322 págs., ilustr. en negro (20 x 13).
[6] No puedo dejar de hacer notar que en el Don Juan de Zorrilla la hija del
comendador es doña Inés, pero ni las fuentes del drama romántico español, ni su
propósito, ni su resolución ni la función del personaje lo hacen heredero de la
tradición barroca y clásica del mito.
[7]
En la grabación
discográfica que referencio en la nota 1 el acto tercero como tal desaparece y,
tras expurgar algunos pasajes, se reduce a un epílogo de algo más de quince
minutos en el que sí figura la escena que comento. Para un estudio en
profundidad es preciso cotejar el libreto que acompaña a la grabación
mencionada con otras fuentes, por ejemplo, http://www.librettidopera.it/convit/convit.html.
[8]
Hay que hacer notar que
este epílogo siempre ha resultado un tanto postizo hasta el punto de que en las
representaciones decimonónicas del Don
Giovanni mozartiano, representaciones cuya visión no era precisamente ilustrada, se suprimía sin ningún pudor.
[9]
Por otro lado, no puedo
por menos de preguntarme si el autor conocía el ballet de Christoph Willibald
Gluck Don Juan, estrenado en el
Burgtheater de Viena el 17 de octubre de 1761 y cuyo último número será
reutilizado por el propio Gluck en la Danza
de las furias de su ópera Orfeo ed
Euridice –la primera de sus óperas de reforma–, estrenada en el mismo
teatro vienés el 5 de octubre de 1762.
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