Según se lee en la página 13 del Diccionario de retórica, crítica y terminología literaria de Marchese y Forradellas[1], un acróstico es una “composición poética en la cual las letras iniciales –en algún caso las sílabas– leídas verticalmente forman un nombre o una frase. […] El procedimiento fue usado, sobre todo, en la poesía cortesana del siglo XV. El ejemplo más famoso corresponde a los versos que encabezan La Celestina, en que se lee el nombre del autor.” Dichos versos (El silencio escuda y suele encubrir // la falta de ingenio y torpeza de lenguas…), con los que se abre la tragicomedia, dicen, leídas de arriba abajo las letras iniciales de cada verso: El bachjller Fernando de Roias acabó la comedia de Calysto y Melyvea y fve nascjdo en La Pvevla de Montalván[2].
Miguel Primo de Rivera |
En vista de que las medidas adoptadas no parecían obtener el resultado pretendido, el gobierno organizó una espontánea manifestación de apoyo para el 14 de abril. En el marco de la misma, una adolescente de quince años, que decía llamarse María Luz de Valdecilla, leyó un soneto, A Primo de Rivera, que reproduzco a continuación:
Paladín de la Patria redimida,
Recio soldado que pelea y canta,
Ira de Dios, que cuando azota es santa,
Místico rayo que al matar es vida.
Otra es España, a tu virtud rendida;
Ella es feliz bajo tu noble planta.
Solo el hampón, que en odio se amamanta,
Blasfema ante tu frente esclarecida.
Otro es el mundo ante la España nueva,
Rencores viejos de la edad medieva,
Rompió tu lanza, que a los viles trunca.
Ahora está en paz tu grey bajo el amado
CHorro de luz de tu inmortal callado.
¡Oh, pastor santo! ¡No nos dejes nunca![3]
El dictador, encantado con el panegírico, mandó publicarlo en su propio diario oficioso, La Nación, al día siguiente, 15 de abril. Bien pronto se arrepintió: una cosa es escuchar una composición poética y otra bien distinta es reproducirla en letra de molde, porque en seguida se vio que era un acróstico –cuya autoría real correspondía al abogado José Antonio Balbontín– de mensaje claro: Primo es borracho.
Aviso para navegantes (o, en su caso, para gobernantes): cuánto más férrea es la censura, más se acrecienta el ingenio de los censurados.
[1] Marchese, Angelo; y Forradellas [Figueras], Joaquín: Diccionario de retórica, crítica y terminología literaria [Dizionario di retorica e di stilistica]. - Versión castellana de Joaquín Forradellas [Figueras].- Editorial Ariel, S. A. (Letras e Ideas], Barcelona 72000.- 447 págs., ilustr. en negro (21 x 13).
[2] Cf. Rojas, Fernando (y “Antiguo autor”), La Celestina. Tragicomedia de Calisto y Melibea, edición y estudio de Francisco J[avier] Lobera [Serrano] y Guillermo Serés [Guillén], Paloma Díaz-Mas, Carlos Mota [Placencia], e Íñigo Ruiz Arzalluz y Francisco Rico [Manrique], Real Academia Española (Biblioteca Clásica de la Real Academia Española volumen 18), Madrid MMXI [en realidad, 22016], pp. 9-14.
[3] Los datos sobre el soneto y las circunstancias de su composición están extraídos de las pp. 212-217 del volumen primero de Tuñón de Lara, Manuel: La España del siglo XX.- Editorial Laia (Ediciones de Bolsillo n.º 387), Barcelona 1974.- 854 págs. en tres volúmenes (18,5 x 11,5).